
A sus 54 años, Jeff Bezos se ha convertido en el hombre más rico del mundo gracias al éxito mundial de Amazon, pero este discreto ejecutivo tiene otros pasatiempos: desde la conquista del espacio hasta la construcción de un reloj gigante enclavado en una montaña.
Con el aumento de las acciones de Amazon, su fortuna supera ahora los 110.000 millones de dólares, más que la del fundador de Microsoft, Bill Gates, quien pasó al segundo lugar del ránking de la revista Forbes.
¿Cuál es su receta para el éxito? “Hay que ser ágil y robusto para poder soportar los golpes, y hay que ser rápido, innovador y muy rápido; es la mejor defensa contra el futuro. Siempre debemos ir en la dirección del futuro. Si nos alejamos, (él) ganará”, dijo el año pasado en una entrevista. Mucha agua ha pasado bajo el puente desde 1994, cuando Bezos fundó Amazon en su garaje, según la leyenda.
Al principio un simple vendedor de libros en línea, deficitario por largo tiempo, el sitio se ha convertido hoy en un pulpo con tentáculos gigantes, que domina el comercio electrónico, la informática intangible (la nube) o los asistentes de voz inteligentes. En el mercado bursátil, este monstruo de Seattle pesa alrededor de 750.000 millones de dólares.
El método de Bezos es invertir en todos lados y alterar a los sectores económicos bajando los precios. “Jeff Bezos es metódico y reflexivo“, dijo recientemente Patricia Orsini, analista de eMarketer, sobre las ambiciones del empresario en el sector de la salud.
Los éxitos del grupo a menudo se consideran una aplanadora sin reparos para la competencia, e incluso para las condiciones de trabajo de sus propios empleados.
Al igual que Amazon, Bezos también ha cambiado: se afeitó la cabeza y comenzó a hacer ejercicio, una espectacular metamorfosis física inmortalizada por una serie de fotos a mediados del año pasado.
También parece estar emergiendo gradualmente de las sombras, “más cómodo con la idea de estar bajo la mirada pública”, según The New York Times. Entusiasta de la ciencia ficción, el innovador tiene otras pasiones, como la construcción de un reloj monumental de 150 metros de altura. Ha invertido 42 millones de dólares en este reloj mecánico, que supuestamente funcionará 10.000 años y simboliza el “pensamiento a largo plazo”.
Su instalación comenzó a fines de febrero en una montaña en Texas. “Los seres humanos de hoy son lo suficientemente avanzados tecnológicamente para crear maravillas extraordinarias, pero también problemas a escala de la civilización. Sin dudas, necesitaremos más del pensamiento a largo plazo”, escribió en un blog dedicado al proyecto.
AFP