La Comisión Europea ha impuesto una multa de 997 millones de euros a Qualcomm por abuso de posición dominante en el mercado de chips para dispositivos móviles 4G (LTE) al exigir exclusividad a su cliente Apple a cambio del pago de cantidades «significativas» de dinero, algo ilegal bajo las normas de la Unión Europea.
Ambas sociedades firmaron un acuerdo en 2011 en virtud del cual Qualcomm se comprometió a hacer «pagos significativos» a Apple para que el gigante informático usara exclusivamente los chips de la primera en dispositivos iPhone y iPad. El contrato se extendió hasta finales de 2016.
Este contrato especificaba que Qualcomm dejaría de efectuar estos pagos en el caso en el que Apple lanzara un dispositivo con un chip desarrollado por un rival de Apple. Además, obligaba a la empresa de Tim Cook a devolver una «gran parte» de estas trasferencias si tomaba la decisión de cambiar de proveedor de chips, por lo que se negaba la posibilidad de competir a los rivales de Qualcomm «independientemente de la calidad de sus productos», señala Bruselas.
«Qualcomm echó a sus rivales del mercado de chips LTE durante cinco años, consolidando su su dominio del mercado. Qualcomm pagó miles de millones de dólares a un cliente clave, Apple, para que no pudiera comprar a sus rivales. Estos pagos no sólo fueron reducciones en el precio, sino que se hicieron con la condición de que Apple usara con exclusividad los chips de Qualcomm en todos sis iPhone y iPad», ha explicado la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager.
«Esta práctica es ilegal según las reglas de la UE en el ámbito de las prácticas anticompetitivas. Por esa razón hemos tomado la decisión», explicó Vestager. La suma de la multa, indicó, revela «la gravedad y la duración» de los hechos. Los chipsets de banda de base permiten a los «smartphones» y a las tabletas conectarse a las redes celulares y se utilizan tanto para los servicios de voz como para la transmisión de datos.
Qualcomm es con diferencia el primer suministrador de chipsets de banda de base LTE. En el mercado hay otros fabricantes de pulgas (chips), por ejemplo Intel (el mayor suministrador de pulgas para ordenadores) intentó rivalizar y entrar en competencia con Qualcomm. En 2011 Qualcomm firmó un acuerdo con Apple por el que se comprometió a transferir sumas sustanciales a Apple con la condición de que esta utilizara exclusivamente los chipsets Qualcomm en sus iPhone y iPad.
En 2013, la fecha de expiración del acuerdo se aplazó a finales de 2016. El contrato estipulaba que Qualcomm dejaría de pagar a Apple si esta empresa comercializara un aparato equipado con un chipset suministrado por un rival. Los documentos internos muestran que Apple trató de confiar a Intel la fabricación de una parte de sus chipsets de banda de base, pero la condición de la exclusividad de Qualcomm fue un elemento esencial que empujó a Apple a no hacerlo antes del término del acuerdo.
Más tarde, en septiembre de 2016, cuando el acuerdo iba a expirar, Apple comenzó a aprovisionarse en parte de chipsets de banda de base de Intel. Según el Ejecutivo comunitario, las prácticas de Qualcomm son un abuso de posición dominante al impedir el ejercicio de una competencia. La posición dominante en el mercado no es de por si ilegal según las normas europeas, pero corresponde a las empresas que la ejercen asegurarse de que no abusan de su poder de mercado restringiendo la competencia ya sea en el ámbito donde tienen ese dominio o en otros.