El año que viene promete ser emocionante para la división smartphone de Samsung. No solo porque se echan encima las pertinentes revisiones de la línea S y Note con un número más que redondo, el 10, también porque la empresa planea comercializar el smartphone más innovador hasta la fecha: su smartphone flexible. Son muchos los rumores en torno a él, pero sabemos que es una realidad ya que la propia Samsung lo ha confirmado. Y poco a poco conocemos más detalles, como su batería.
¿Cómo alimentar un smartphone flexible para que no pierda la cualidad que lo define? Efectivamente, con una batería que se adapte a la curvatura del teléfono y también a los momentos en los que este se mantenga extendido o recto. Pues bien: la batería del Samsung flexible (en teoría se llamará Samsung X, aunque está por ver) será flexible. Y la fabricará una división de la compañía surcoreana: Samsung SDI.
Samsung SDI tiene lista una batería flexible con entre 3000 y 6000 mAh
La noticia nos llega desde el medio chino “It Home”, un portal especializado en filtraciones con buena fiabilidad. No deja de ser lógico que un smartphone flexible disponga de una batería con idéntica cualidad: dado que este componente es el que ocupa mayor espacio en un smartphone lo ideal sería que pusiera el menor número posible de cortapisas.
Samsung SDI era pionera en las baterías flexibles ya que lleva desde 2014 integrando este componente curvadoen las pulseras Samsung Gear Fit. Dichas baterías habrían evolucionado desde los 210 mAh de entonces a una cifra que se movería entre 3000 y 6000 mAh. Esperemos que sea la máxima capacidad posible ya que, como anticipan los rumores, el smartphone flexible de Samsung tendría 7,3 pulgadas al extenderse por completo; y 4,5 pulgadas cuando el smartphone se encuentra plegado.
Las cifras de presentación que baraja Samsung sitúan a su smartphone flexible hacia el MWC de 2019. Se espera que el Samsung Galaxy S10 se adelante con respecto al lanzamiento del ¿Samsung X?, lo que daría al smartphone flexible su propio “boom mediático”. Samsung estaría a punto de poner en marcha las cadenas de producción para los componentes clave del smartphone, entre ellos la citada batería flexible y la pantalla, otro elemento que necesita especial atención.
La primera versión del smartphone flexible de Samsung no irá dirigida al gran público ya que, como acostumbra el fabricante (ocurrió con las pantallas “edge”, por ejemplo), el primer modelo tiene como meta marcar las líneas de los futuros smartphone. Por ello se espera que no sea barato: costaría cerca de 1600 euros.