El mercado de los smartphone lleva ya bastante tiempo con un comportamiento muy inmovilista en cuanto a innovación, como suele ocurrir con todos los mercados que tienen el punto de madurez del de los smartphones. Vemos mejoras incrementales en casi todo, pero ninguna irrupción drástica que cambie el aspecto de los terminales o que introduzca alguna función revolucionaria.
Las pantallas flexibles acabaron convertidas en curvas laterales para los dispositivos, y no llegaron a causar una disrupción suficiente para cambiar el mercado, y ahora tenemos entre manos las pantallas plegables, que sí pueden marcar la diferencia. Pero ahora Google se quiere centrar en los gestos, y su nuevo dispositivo, ya aprobado, puede tener más repercusiones de las inicialmente previstas. Project Soli puede acabar con las pantallas táctiles para siempre.