Ya algunos colegios utilizan uniformes inteligentes para controlar a los alumnos, no hay ninguna duda de que los avances de la tecnología han permitido al gobierno y a las compañías aumentar su obsesión por la vigilancia de los ciudadanos. Después de las gafas inteligentes para detener a delincuentes, la inteligencia llega a los uniformes escolares para limitar aún más la libertad de los estudiantes.
Uniformes inteligentes para rastrear la ubicación
En un país tan controlador como China, la obsesión estaba tardando en llegar a los colegios. Según informa ABC News, esto ha sucedido ya y el control tiene forma de uniforme. Aunque empezó como algo puntual, hasta 11 escuelas de la provincia de Guizhou instan ya a sus alumnos a acudir a clase con esta ropa.
La empresa local Guizhou Guanyu Technology es la que se encuentra detrás de estos uniformes inteligentes, que disponen de dos chips instalados en la zona de los hombros. El uso constante de los mismos no será un problema para la tecnología, que aguanta 500 lavados y una temperatura de 150 grados
Como ves, los alumnos de estos colegios lo tienen muy complicado para no asistir a clase sin que se enteren sus padres no es una opción en absoluto por culpa de unos de esos dos chips, que rastrea su ubicación en todo momento.
El GPS incorporado en el uniforme controla la localización del alumno incluso cuando sobrepasa los límites de la escuela. Además, saltarse una clase supone que los profesores y los padres reciban un aviso inmediato sobre lo que está haciendo el alumno, lo mismo que si abandona por completo el edificio.
El control no se da solo cuando el que lleva el uniforme inteligente salga del instituto, sino también cuando llegue. En cuanto atraviese las puertas del colegio, la hora y la fecha de la entrada quedan registradas junto a un pequeño vídeo que los padres pueden ver a través de una app móvil.
Esta es solo una muestra más del preocupante control al que los uniformes inteligentes someten a los alumnos. Es verdad que son la herramienta perfecta para reducir el absentismo escolar, pero también para vigilar a los estudiantes una vez abandonan el recinto escolar. Esta, junto a otras medidas, confirman que China ha optado por prescindir de la privacidad en beneficio del control social.