Tecnología de Climatización para el calor

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Pareciera ser toda una ciencia y, casi lo es. Evitar el insomnio cuando el verano arrecia requiere voluntad y algo de técnica. Pero, si no logras dormir a pesar de que ya alejas el celular de la cama, dominas las técnicas de respiración que favorecen el sueño, cenas muy ligero y tienes un master en relajación, ¿qué hacer? No te desesperes, todavía hay cosas que puedes intentar. 

No pases calor 

El calor y la humedad son dos de los mayores desafíos para dormir bien en verano. La clave está en generar un ambiente fresco lo más natural posible. Es decir, que el aire acondicionado esté siempre a una temperatura óptima y regular, casi sin que se note su presencia. No hay nada peor que despertarse con frío en verano. “Regula adecuadamente la temperatura de la estancia, manteniéndola entre los 22º y los 25ºC. Según aumente la humedad será necesario reducir la temperatura para mantener la misma sensación térmica.

La temperatura recomendada en los meses de verano es de 25º C. Una diferencia con la temperatura exterior de más de 12º C no es saludable y cada grado que disminuya la temperatura estará consumiendo un 8% más de energía”, asegura Daikin. Otro consejo: no dejes que el dormitorio se caliente durante el día. Si no vas a estar allí, ventila por la mañana un rato y luego ciérralo.  

La luz, enemiga del sueño 

No se trata solo de la luz que sale de la pantalla de tu celular, sino, además, de la que entra en la habitación desde cualquier lugar. La oscuridad estimula la producción de melatonina, hormona propia natural inductora del sueño y favorece el estado de relajación psicofísica ideal para poder dormir mejor. Además, el hecho de estar en completa oscuridad ayuda a despejar la mente y a no pensar en nada. 

Las sábanas que mereces 

Es muy útil dormir sobre sábanas transpirables o con capacidad de enfriamiento. Elige telas totalmente naturales, como el 100 por ciento de algodón. Las sábanas de fibras naturales permiten que el cuerpo respire y, si las cuidas, durarán un largo tiempo. Las sábanas de algodón se sienten lisas y suaves al tacto, mientras que el algodón egipcio, que tiene una fibra más larga, se siente un poco más lujoso. Ten en cuenta que mantener uno o ambos pies fuera de las sábanas puede ayudar a tu cuerpo a alcanzar su temperatura ideal para dormir. 

¿Has revisado tu almohada? 

Elegir la almohada adecuada te ayudará a alinear la cabeza y el cuello, fundamental para una buena noche de sueño. Quienes duermen de lado necesitan un apoyo firme, mientras que un tono medio es ideal para los que duermen de espalda, y quienes duermen boca abajo requieren una almohada más suave. Un relleno de calidad superior equivale a un mayor confort. También elige cubiertas de algodón de tejido apretado. 

El colchón también cuenta 

La superficie sobre la que duermes también influye en tu sueño. Después de cinco a siete años de uso nocturno, puede ser el momento de evaluar si tu colchón todavía proporciona el apoyo y la comodidad que necesitas. Si muestra flacidez o abultamientos visibles, o si te despiertas con sensación de rigidez, es posible que tengas que cambiarlo. Elige uno que te haga sentir acunado a la vez que sostenido, prestando especial atención a cómo sientes los hombros, las caderas y la espalda baja.