La cocina es ese lugar en el que nacen platos fabulosos, pero también el mejor punto de encuentro de la familia. Piensa cuántas veces nos encontramos todos allí, alrededor de un manjar. Sin embargo, es muy importante que tengamos en cuenta que mejorar el flujo de aire, usar combustibles más limpios, usar las campanas de cocción y freír menos, son formas de reducir la contaminación que las personas respiran al cocinar.
El profesor Prashant Kumar, director fundador del Centro Global para la Investigación del Aire Limpio (GCARE) de la Universidad de Surrey, dirigió una investigación publicada en Environment International que relaciona la cocina con la calidad del aire en tu hogar, siendo el primer estudio de su tipo. Kumar encontró que la mala ventilación y las opciones de combustible son los contribuyentes más significativos a la mala calidad del aire en las cocinas de las personas, pero su tamaño y la forma en que se cocinaban los alimentos también importaban. Freír alimentos condujo a niveles particularmente altos de contaminación interior.
Los niveles promedio más altos de contaminación se encontraron en Dhaka, Bangladesh, donde las cocinas eran típicamente pequeñas y las personas cocinaban durante períodos prolongados, a menudo friendo alimentos. El aire más limpio se encontró en Medellín, Colombia, debido a más espacio en sus cocinas y al uso de combustibles para cocinar más limpios.
La forma en que se cocinan típicamente las diferentes cocinas también marcó la diferencia en la calidad del aire en las cocinas. El estudio encontró que los ocupantes en Dhaka, Nanjing, Dar-es-Salaam y Nairobi pasaban más del 40% de su tiempo de cocción friendo, la actividad culinaria que emite la mayoría de las partículas contaminantes. Sin embargo, en El Cairo, Sulaymaniyah y Akure, aproximadamente dos tercios del tiempo de cocción se dedicaron a hervir o guisar, lo que da como resultado que se emitan menos partículas.
Una combinación de ventilación natural y mecánica (por ejemplo, extractores) en Chennai, El Cairo y Sulaymaniyah ayudó a reducir a la mitad la contaminación de las cocinas, en comparación con el uso de ventilación natural solo en Addis Abeba, Dar-es-Salam y Nairobi.
La Organización Mundial de la Salud estima que aproximadamente cuatro millones de personas mueren prematuramente por enfermedades atribuidas a la contaminación del aire interior causada por estufas contaminantes que funcionan con combustibles sólidos y queroseno. La exposición a altos niveles de partículas, incluida la de cocinar, se ha relacionado con condiciones de salud que incluyen enfermedades cardíacas, neumonía, accidentes cerebrovasculares, cáncer de pulmón y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Mientras, Daikin, un líder en el tema de la climatización y calidad del aire interior, recordó que en el interior de nuestros hogares “los contaminantes se encuentran más concentrados que en el exterior ya que, además de la polución que se pueda colar del exterior, existen varias fuentes de contaminantes dentro de la propia vivienda”. Entre los consejos de Daikin están ventilar nuestra vivienda diariamente, utilizar sistemas de filtración y purificación de aire, no fumar dentro de casa y, por supuesto, utilizar la campana extractora siempre que cocines.
Una gran ayuda es controlar el nivel de humedad interior para que se sitúe alrededor del 40%, vigilar posibles filtraciones de agua en el techo o los muros y evitar tender la ropa en el interior.